Se que os
debo un montón de entradas. Desde la última vez que escribí han pasado
bastantes semanas, y quien me siga en la #infertipandy sabrá más de como va mi
embarazo. Pero eso no es motivo para dejar a un lado todo esto.
¿Cual ha
sido el motivo para no escribir? No sabría concretar: quizá porque el blog era
más sobre infertilidad que embarazo, quizá por miedo al que pasara,... no sabría
decir. Hasta Don Gato me dijo que no dejara de lado el blog...
Y si por
un momento me pude sentir como una embaraza más, lejos de los miedos ya de una infértil,
el sábado la realidad me devolvió al mundo.
Decir que
ya hicimos los análisis y la eco de las 12 semanas. Todo estaba muy bien, pliegue
nucal mínimo en ambos bebes, análisis perfectos... ¡Hasta me dijeron que uno
sería casi seguro que chico!
Y desde
las 12 semanas es cuando empiezas a respirar tranquila, a pensar que si el
primer trimestre ha sido tan tranquilo, tan bueno, sin nauseas, sin cansancio, sin
grandes síntomas el segundo trimestre, cual dicen que es el más tranquilo,
seria ideal. Había vuelto hasta a la piscina a hacer un poco de ejercicio...
Pero como
ya os he comentado, en la casa del pobre la alegría dura poco. El sábado, justo
cumpliendo las 14 semanas, después de una tarde de mata y orinal por el mal
tiempo de fuera, fui al baño y donde veo sangre al limpiarme...
No hace
falta decir que casi me da un ataque de pánico hay mismo... Todos lo miedos
volvieron: el bioquímico del que no deje de manchar en semanas, de mi
vikingito... la cabeza a mil. Corriendo llame a mi madre y corrimos todos a
urgencias para ver si estaba todo bien. Tocaba controlar esos miedos, no era
bueno ponerme histérica. Y he de decir que Don Gato estaba desencajado, por lo
cual había que tener la cabeza fría. El pobre mio estaba rígido de los nervios.
Cuando empezó a conducir pensé sino hubiera sido mejor opción llamar a un
taxi...
Yo
intentaba pensar en mis campeonas de la #infertilpandy. ¿Cuantas habían tenido
manchados, o tenían, y todo estaba bien? Yo sería una más a la que los
manchados les dan una guerra impresionante, pero luego todo sale bien.
Al llegar
no tuvimos que esperar ni 5 minutos para entrar. Eso si, para mi, como una
hora... Entre, le enseñe la mancha y me dijo que eso no era mucho, que
estuviera tranquila.
Me
hicieron una eco y yo no era capaz de mirar al monitor. Solo esperaba el OK del
medico. Pero este chico no se debía de dar cuenta de mi estrés, por que no decía
nada, o se lo decía al cuello de su camisa... Pero de repente nos puso el
sonido más relajante y bonito de la historia: el corazoncito de mis campeones. Hay
estaban los dos. Me dijo que estaban bien. Que se movían perfectamente. Yo no
mire en ningún momento al ecógrafo, me daba miedo. Con oírlos me valía.
Se centro
en una pequeña bolsa de sangre que debe de haber en la placenta de mi pequeño chicharrón.
No le dio ninguna importancia. Dijo que era normal, que lo apuntaba para observar,
más por ser embarazo gemelar que otra cosa. La otra dotora me dijo que si llega
a estar en otro lado quizá ni nos hubiéramos enterado. Que era normal y que no
me preocupara.
¡Si claro!
¡Como si fuera tan fácil! ¡Las narices!
Me recomendó
vida tranquila, pero nada de reposo total, y volver a la progesterona por la
noche.
Y así
volvimos a casa. Con un susto increíble en el cuerpo, los pies en la tierra y
con los miedos de vuelta.
Desde
entonces casi no he manchado, durante el día bien poco, algo más durante la
noche, pero según mi propio diagnostico, yo creo que es sangre seca que sale
por la progesterona. Aunque hoy he manchado más, y todavía sigo
Todas las
gines (todas las compeñeras de mi madre) me dicen que no me preocupe. Unas
porque es normal que manche para sacar la sangre que pudiera haber, otras
porque en el segundo trimestre es normal sagrar, otras porque será la progesterona...
La verdad es que todas están muy pendientes de mi y se lo agradezco muchísimo,
pero el miedo, el susto y el disgusto no se van. Hay momentos en los que estoy
más tranquila, en los que pienso que ha sido un pequeño susto y ya esta. Otras
veces, cuando mancho más (aunque sea marrón) me asusto y me asaltan todos los
miedos...
Hoy vamos
a la consulta privada. Es la misma doctora que me lleva en la pública, que además
trabaja con uno de los mejores ecografistas del la zona. Iba a ir a verle por
lo público, pero estaba a tope, así que me voy a la privada.
Espero
que todo este bien. Que mis campeones estén perfectos, que esa mini bolsa se
haya esfumado (aunque lo dudo) y salir más tranquila.
Pero lo
que tengo claro es que nunca dejare de ser una infértil, con sus miedos y
temores, aunque por un pequeño periodo de tiempo intentara engañarme a mi
misma. Soy infértil, este embarazo es de una infértil, y esta claro que el
embarazo de una infértil nunca, NUNCA, será un embarazo tranquilo. (Y si es
gemelar menos)