La tasa de embarazo por mes en
una mujer de 20 años oscila entre el 20 y el 25%. Vale, yo ya tenia 28, por lo
cual algo bajaría, lógicamente. Pero un año después seguía igual.
Así que otra vez al ginecólogo.
Más análisis de sangre. Todo normal. Me vuelve a decir lo mismo: eres joven, no
te preocupes, todo llegara... Así que nada, me vuelvo a casa igual. Seguimos
usando test de ovulación, poniendo las piernas hacia arriba y tal.
Llega el verano. Todo el mundo me
repite una y otra vez que seguro que en seguida me quedare embarazada ( ya no
es tan secreto la búsqueda del bebe). En cuanto menos me lo espere tendré mi
tan ansiada tripa.
Pero los meses siguen pasando uno
tras otro. Cada mes es una pequeña rotura de mi corazoncito. Por suerte o
desgracia, siempre es tan puntual que nunca me da margen para ilusionarme.
Un año y medio después de
empezar, y volviendo al ginecólogo, ya le insisto en que necesito saber mas. A
mi Don Gato le mandan un seminograma básico que da perfecto. A mi me manda una
histerio para seguir descartando Y ¡sorpresa! Todo esta bien... Pero esta vez
ya decido que quiero que me derive a infertilidad. Soy joven y no parece que ningún
factor sea negativo, pero yo sigo sin una respuesta. Y muchas veces eso es una
tortura. Te acabas culpabilizando, pensado que toda la culpa es tuya...
Me manda a la unidad reproducción
de mi ciudad y a esperar. Hay dos opciones: espero el tiempo pertinente y voy a
la publica, o voy a la privada, me ahorro el tiempo, pero pago.
Tengo una primera cita en la clínica
de reproducción privada para ver como seria. Salgo muy contenta, ya que es la
primera vez que alguien no me trata de loca por buscar una respuesta. Aun así,
decido esperar en la publica, ya que tampoco es tanto tiempo.
Así que en febrero del 2013 tengo
la primera consulta con la ginecóloga de la unidad de reproducción. Empezamos una
nueva etapa.