Capitulo uno: Primeros pasos

Tantos años intentando no quedarte embaraza, con ese miedo de que llegue un bebe en un momento que quizá no sea el mejor, todas las precauciones que tomas... Nunca piensas que al ponerte en ello, te va costar tú tiempo. Piensas que llegaras y besaras el santo. Ilusa...

Empezare contando nuestra historia desde el principio de la búsqueda, aunque de aquello haya pasado ya tanto tiempo.

Después de varios años de novios y ya viviendo juntos mi Don Gato y yo, su Ratita presumida, decidimos casarnos. Fue en abril de 2011.

Yo deseaba empezar a buscar bebe cuanto antes, así que en cuanto tuve la oportunidad me quite el aro anticonceptivo y nos pusimos a ello.

Ya en el viaje de novios me bajo la regla, y para que mentir, me lleve una gran desilusión. Yo tenia 27 años, era joven y sana. Don Gato tenia 26 y aunque siempre tiende al sobre peso, en aquella época estaba divino.

Así fueron pasando los meses. Don Gato no le daba mayor importancia, pero ya me ponía nerviosa. Me ponía triste cada vez que la indeseable aparecía en mi vida, puntual como ella sola.

Nadie sabia que estábamos en búsqueda, me hacia ilusión dar una sorpresa a todos (Ilusa otra vez).

A los seis meses ya no pude más, y decidí ir al ginecólogo con mi madre (ella es enfermera de ginecología). Allí me hicieron las primeras pruebas. Las más simples, analítica y poco más.

Todo perfecto, sin problemas.

Mi ginecólogo me dijo que no me preocupara que todo llegaría. Me dijo que era joven, tenia margen todavía y que esperara a los 30.

Así que nada, vuelta a casa y a seguir intentando. En esa época empecé a mirar más los test de ovulación, a programar relaciones y etc. Quien a pasado por esto, sabe perfectamente de que momento hablo. Ese en el que programas todo, miras los test si o si, y te pasas horas con las piernas hacia arriba.

Entre ponte bien y estate quieto, llego el primer aniversario de boda sin bebe a la vista. Te mentalizas de que solo es uno, el primero, pero que de aquí a un año seguro que tienes a tú bebe en brazos. O como poco, una tripa preciosa. Como no, ilusa de mi.