Empiezo tratamiento para
transferencia de congelado, es decir, Decapeptyl a día 22 de ciclo y luego
controles y meriestra. Y en este caso, no me fue muy bien. Mi endometrio no crecía,
era muy lento y tardo una barbaridad en estar en un estado optimo. Cuando más o
menos estuvo "decente" decidieron hacerme la transferencia. Si tenia
la suerte de que se descongelara bien, claro. Solo tenia un embrión, y no me
fiaba mucho de su suerte... Pero nuestro "número uno campeón", como
lo apodamos, sobrevivió, y me lo pudieron poner.
Esta beta fue mas lenta, la
primera semana se pasa algo mas rápido, pero los últimos días son eternos... No
tenia ninguna confianza en este "número uno campeón" ya que en el
segundo día de betaespera empecé a manchar un poco marroncillo y yo lo vi como
un negativo.
El día de la beta a la mañana
decimos hacernos un test en casa para ya descartar cualquier posibilidad e ir
llorados de casa. Pero cual fue nuestra sorpresa cuando el marcador puso
embarazada de 3-4 semanas. ¡Era imposible! Como podía ser así si había estado
manchando desde hacia 2 semanas... Cuando nos dieron el resultado de la beta
era de 714. Increíble. Estábamos en
una nube. ¡Estábamos embarazados! Le pregunte por mis continuos manchados y que
eso no era nada, que no me preocupara.
Pero como todo, la alegría en la
casa del pobre dura poco y a los pocos días me puse a sangrar de verdad.
Rojo-rojo. Fui al hospital y me repitieron otra beta. Estaba en 1485, se había
multiplicado, pero lo que se veía no tenia muy buena pinta. Me dijeron que era
un claro aborto, que me repetirían la beta en dos días.
El disgusto fue grande, claro.
Pero desde en primer momento me había imaginado el negativo claro, por lo cual
no estaba tan emocionada con en el primero. Era muchísimo más cauta. Claro que
llore, suplique y deseé que mi pequeño campeón se quedara conmigo. Pero un
martes por la mañana nos llamaron para decirnos que la beta había bajado. Había
sufrido un aborto bioquímico. ¿Un qué? No había oído ese nombre en mi vida, y
eso que leía y leía foros...
A las 10 de la mañana nos
llamaron para darnos la mala noticia y las cinco de la tarde estaba en un avión
dirección a Manchester para disfrutar de una merecidas vacaciones.
Os explico; meses antes habíamos
comprado unos cuantos billetes de avión para las vacaciones de Semana Santa.
Cuando te sumerges en el mundo de la infertilidad nunca sabes como estarás el
mes siguiente, así que compramos los billetes tirados de precio, pero no
hicimos nada más. De perder dinero solo eran los aviones. Por lo cual con un
positivo nos quedábamos en casa y con un negativo volábamos. Tuvimos la suerte
de tener los resultados antes de la salida del avión, y poder cogerlo. Puedo
decir que me encanta viajar, que siempre había preparado mis viajes al más mínimo
detalle, pero aquella vez, sin nada preparado, con cinco ciudades diferentes
por delante y ni un solo hotel reservado, fueron unas vacaciones perfectas. Fue
lo que mejor nos vino. No nos dio tiempo a pensar, a recapacitar en lo que había
sucedido. Siendo lo que podría ser la peor experiencia de todo este proceso, lo
sobrellevamos mejor viajando durante dos semanas.
Hasta aquí otro capitulo mas de
mi camino por el mundo de la infertilidad.
Vaya... cuanto lo siento. Yo tuve la misma experiencia que tú. Cargadita de ilusión con un pipitest y una beta positiva y luego... todo se desmorona... es una mierda, con perdón.
ResponderEliminarPero no hay que perder la esperanza... hay que levantarse y seguir luchando. Ánimos!!!